domingo, 4 de septiembre de 2011

Con el último ciclista

Que el Uruguay es divino,
me repito una y mil veces,
y abundo en uruguayeces
que confirman mi buen tino.
No se precisa padrino
para añorar a mi tierra…
Estar lejos me recuerda
la de bien que la pasaba.
¡Pensar que la criticaba!!!
El recuerdo, me hace mierda!!!

Extraño tanto a su gente
como a la sana tarea
de trabajar donde sea
y en el lugar que me toque.
El uruguayo va al choque
y hace frente a lo que venga;
mientras tiene lo que tenga
lo ofrece hasta sin medida,
mas su punto de partida
es una especie de ofrenda…

Pues el Uruguay arranca
-al decir de gente lista-
cuando el último ciclista
cruza la línea de meta.
Como mágica receta
que echa andar la maquinaria,
esta tierra que Hernandarias
supo llenar de vaquitas,
se despereza y palpita
con su gran parafernalia.

Una semana es vital
para cargar bien las pilas,
y orientales hacen filas
para obtener su pasaje.
Miles se van de viaje
para hacer turismo interno,
antes que llegue el invierno
rematan sus vacaciones,
acampan por los rincones,
y al clima, le hacen cuernos…

Semana Santa o Criolla,
de la Vuelta o de Turismo,
de la Cerveza… es lo mismo:
descansar es la premisa.
Alguno yendo a la misa,
otro en un río acampando,
donde sea y disfrutando
las bondades naturales,
o viendo como a baguales
por el ruedo van domando…

No falta quien la critica
por la holgazanería
de consagrar siete días
feriados,  y lo que implica.
Seguro que se complica
intentar justificarlo,
pero es justo sopesarlo
como elemento vibrante
que crece en forma constante
y nadie anima a cortarlo…

Se moviliza el país,
en frenética estampida
y los puntos de salida
tienen final feliz.
Prendida está de raíz
y la movida se explaya
otra razón que se haya
para marcar diferencia,
o buscar equivalencias
de nuestra esencia uruguaya.

Por eso es que coincido
con el comentario audaz,
inequívoco y veraz
de que el Uruguay arranca
cuando la roja y blanca
bandera a cuadros de meta,
haga al ciclista profeta
y el banderín de  llegada
sea a su vez la largada
de un Uruguay que se inquieta…


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