Ser uruguayo seremos si cumplimos ciertas cosas que se hacen más hermosas cuanto más lejos estemos. La nostalgia venceremos si aplicamos la consigna, que un oriental no resigna su uruguayez en la vida no hace falta que la pida ni hay riesgo de que se extinga…
Para bien, (o por desgracia), el tema que nos convoca nos llena de agua la boca y nos hace enorme gracia. Para hablar de idiosincracia es menester indagar lo que nos hace vibrar, lo que nos une o separa, en fin, lo que en forma clara somos, en realidad…
Uno se siente algo raro
viviendo el largo proceso
de los cambios y sucesos
que en Uruguay se gestaron.
Los hechos que allí pasaron
del 2004 a esta fecha
dejan abierta una brecha
para pensar en la vuelta,
cosa que aún no resuelta
tengo por insatisfecha...
Parte II: Votando consular A modo de complemento en un tema que no es papa, vaya esta especie de yapa que adiciona este segmento. Reflexionen un momento y acompañen lo que digo imaginando conmigo situaciones al respecto. Aquí les doy mi proyecto al que llamo ”voto amigo”...
Parte I: El voto consular Es parte de nuestra esencia votar en las elecciones; epicentro de emociones en que marcamos presencia. No precisamos anuencias, ni manejamos permisos, no hay uruguayos omisos al tiempo de ir a votar... “¡¡Mirá si vamo’ a dejar que nos cocinen el guiso!!”